martes, abril 11, 2006

La Desesperación


Este poema, atribuido a Espronceda, lo leí cuando tenía 14 años y la verdad es que me encantó. Me hubiera encantado conocer a este tipo y haber mantenido una conversación con él. La foto, es mía, y lo cierto es que estoy pensando en hacer un libro de viajes donde lo que se visitaran son cementerios (tanto en España como en el resto del mundo). ¿Que os parece la idea? ¿Alguien conoce si se ha publicado algún libro sobre esta temática?

Happy Easter.....


Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y oír los aquilones
horrísonos bramar,
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas,
y sólo las centellas
la tierra iluminar.
Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.
Me alegra ver la bomba
caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo,
sin mecha al parecer,
y luego embravecida
que estalla y que se agita
y rayos mil vomita
y muertos por doquier.
Que el trueno me despierte
con su ronco estampido,
y al mundo adormecido
le haga estremecer,
que rayos cada instante
caigan sobre él sin cuento,
que se hunda el firmamento
me agrada mucho ver.
La llama de un incendio
que corra devorando
y muertos apilando
quisiera yo encender;
tostarse allí un anciano,
volverse todo tea,
y oír como chirrea
¡qué gusto!, ¡qué placer!
Me gusta una campiña
de nieve tapizada,
de flores despojada,
sin fruto, sin verdor,
ni pájaros que canten,
ni sol haya que alumbre
y sólo se vislumbre
la muerte en derredor.
Allá, en sombrío monte,
solar desmantelado
,me place en sumo grado
la luna al reflejar,
moverse las veletas
con áspero chirrido
igual al alarido
que anuncia el expirar
.Me gusta que al Averno
lleven a los mortales
y allí todos los males
les hagan padecer;
les abran las entrañas,
les rasguen los tendones
,rompan los corazones
sin de ayes caso hacer.
Insólita avenida
que inunda fértil vega,
de cumbre en cumbre llega,
y arrasa por doquier;
se lleva los ganados
y las vides sin pausa,
y estragos miles causa,
¡qué gusto!, ¡qué placer!
Las voces y las risas,
el juego, las botellas,
en torno de las bellas
alegres apurar;
y en sus lascivas bocas,
con voluptuoso halago,
un beso a cada trago
alegres estampar.
Romper después las copas,
los platos, las barajas,
y abiertas las navajas,
buscando el corazón;
oír luego los brindis
mezclados con quejidos
que lanzan los heridos
en llanto y confusión.
Me alegra oír al uno
pedir a voces vino,
mientras que su vecino
se cae en un rincón;
y que otros ya borrachos,
en trino desusado,
cantan al dios vedado
impúdica canción.
Me agradan las queridas
tendidas en los lechos,
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos,
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello...
¡Qué gozo!, ¡qué ilusión!

Con los hombres azules

"Tus rotundas palabras, tu cortante gesto
son el gélido viento que silba
por las rendijas de mi pensamiento.
Y es tan grande la tristeza que hoy siento...
Aléjate espejismo del amor eterno,
sólo eres literaria veleidad.
Ni al peregrino das posada
ni al sediento agua ni al que ansía saber
muestras la verdad.
Detesto el tiempo, la ansiedad lamento.
Descansar sólo quiero, junto al calor del fuego,
Me amarro al momento, y lo único que deseo,
con los hombres azules irme al azul desierto.
Es lo que hoy deseo,
y a ti te deseo que de cascabeles,
pífanos y timbales se alegre tu camino.
Que nunca te sea adverso el destino.
Que encuentres en tu vida
amigos diáfanos y entretenidos.
Es lo que hoy deseo.
Y a ti te deseo que encuentres tu camino.
Es lo que hoy te deseo y lo que hoy te escribo."

Esta es una de mis canciones favoritas de Manolo García, durante mucho tiempo me ví reflejado en estas palabras y esta mañana, cuando he escuchado la canción en mi iPod, me ha apetecido un montón compartir con vosotros este trocito de letra.
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