domingo, noviembre 21, 2010

Deseperanza

Llegar a la deseperanza es lo peor que le puede pasar a una persona. Cuando ya no tienes un objetivo en la vida, cuando todas las ilusiones se han escapado de tu corazón, es cuando entra en juego tu mente y, aunque pueda parecer que de esta forma todo es mucho más racional, en realidad no es así.
Porque todos tus pensamientos, todas tu ideas, vienen marcadas por la desesperanza que va fluyendo desde tu corazón, ya nada te importa y tu mente se inunda de ideas extrañas, de pensamientos que no reconoces como tuyos.

Yo, ahora mismo he caido en la desesperanza. He perdido todo lo mejor que tenía en mi vida y aunque a veces veo algun punto de luz dentro de ella, la desesperanza lo apaga rápido y yo, además, agradezco que lo haga así.

No voy a dejarme llevar, pero tampoco tengo demasiadas ganas de seguir adelante porque no tengo motivaciones. Por mi forma de ser, no me voy a apoyar en nadie que tenga a mi alrededor, o sea que tan solo me queda sentarme delante de mi ordenador y vomitar todos mis sentimientos en este blog.

¿Donde esta tu sonrisa ahora?, ¿donde tus caricias?, ¿en quien o en que ocupas tus pensamientos?.

La verdad es que cada dia me cuesta más y más levantarme y seguir luchando y ya me siento demasiado cansado como para hacerlo de forma habitual.

Ayer entré en SU habitación, esa que ahora está tan vacía de risas y de vida a la vez, me sente en el suelo y no pude parar de llorar. No pude para de pensar en las promesas que en su momento nos hicimos y que no cumplimos. Me fue imposible alejar de mi mente las palabras "volvere con todas las consecuencias" y mi corazón se hizo jirones al saber con certeza que eso no pasará.
Seguiré toda la vida castigado sin oir esa vocecilla, esas risas y esos llantos que me daban la vida a pesar de todo, por los cuales tenía fuerza para luchar cada día.

Y cuando pienso en la condena, no acabo de entender el delito tan grave que debo haber cometido para ello. Ojalá alguien pudiese explicármelo.

Lloré un mar de lágrimas con la esperanza de ahogar todos mis sentimientos de una vez por todas, de que todo me dejase de doler. Y entonces fue cuando nuevamente la desesperanza, convertida en un pequeño diablo, me habló al oido: "Nadie te ha querido nunca lo suficiente como para darte un hijo. Simplemente no te lo mereces y moriras con ese dolor en tu corazón".

Y la verdad, no supe como rebatir ese argumento.
adopt your own virtual pet!
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.