Soy aquella que siente diferente.

Un día, alguien escribió esto sobre mi:

"Por favor, no pienses que todo tu sufrimiento no llega hasta mí,
No pienses que todo tu amor no entra por mi piel.
Yo puedo sentir por tí,
Yo puedo sufrir contigo,
Yo puedo llorar por mi.
Pero no puedo hacer nada más.
Yo entiendo todo lo que tú estas pasando y vislumbro todo el camino que recorrerás. Pero yo no puedo ayudarte a encontrar la salida.
Todo lo que puedo hacer es estar aquí, cogiendo tu mano, hasta que la tempestad pase.
Lo siento mucho.
No por el exceso de amor que veo en tus ojos, pero sí por la completa ausencia de él en mi.
Y aquí, arrodillada delante de la inmensidad de tu sentimiento, confieso todo mi egosimo.
¿Quién soy yo?

Soy aquella que siente diferente."

Ese día supe que jamás olvidaría a esa persona y que por mucho tiempo que pasase y muchas mujeres que amase, ella siempre tendría un lugar preferente en mi corazón. Ha pasado el tiempo, y mi amor por ella ha dado paso a una amistad maravillosa (ella me enseñó que pasar del amor a la amistad significa una evolución, no una regresión).

Aún así, hay días en los que mi amor por ella aflora desde lo más hondo de mi corazón con una fuerza tal que no lo puedo contener. Luego, me doy cuenta de que nunca me amará como yo quiero y me embarga un gran sentimiento de vacío.
Sin embargo, ahora sé que soy afortunado porque muchas personas pasan varias vidas tratando de encontrar a alguien como ella y yo lo he conseguido tan sólo en media.